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miércoles, 12 de diciembre de 2018

NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE - 12 de Diciembre



NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE

Advocación Mariana.
Patrona: de toda Latinoamérica.
Su día: 12 de diciembre.
Aparición: 12 de Diciembre de 1531, en México, ante san Juan Diego y Juan Bernardino.

La Virgen de Guadalupe es muy importante para la fe de todos los mexicanos, pues en ella nuestra Madre del Cielo manifestó claramente su amor de predilección por este pueblo, dejando un hermoso mensaje lleno de ternura y dejando su imagen grabada en un ayate como muestra de su amor.

Es protectora de los niños por nacer.


martes, 25 de septiembre de 2018

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE SAN NICOLÁS - 25 de Septiembre


NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
DE SAN NICOLÁS

Advocación Mariana.
Patrona: De San Nicolás De Los Arroyos

Su día: 25 de Septiembre.

Apariciones: El 25 de Setiembre de 1983, en la ciudad de San Nicolás una mujer llamada Gladys Quiroga de Motta, dice ver y oír a la Santísima Virgen. Más tarde, descubre que la Virgen se le aparece como la Virgen del Rosario.

La Santísima Virgen, le había pedido la construcción de un templo en su honor, en el lugar de las apariciones. La Virgen comienza a darle una serie de mensajes y citas bíblicas, llamando a la oración, a la conversión y a la consagración.

domingo, 9 de septiembre de 2018

VIRGEN NIÑA - 9 de Septiembre


VIRGEN NIÑA

Día: 9 de Septiembre.


La Fiesta de la Presentación de María en el templo se celebra el 21 de noviembre y es muy antigua ya que su celebración en la Iglesia oriental se remonta al siglo VI. En occidente no se adoptó hasta el siglo XIV.
De ese hecho surgen las devociones a la Virgen Niña, Divina Infantita o Maria Bambina.
Su carisma es el de revivir en la Iglesia el anonadamiento de Cristo a través de la imitación de María en el misterio de su infancia

ORACIÓN DE LA PRESENTACIÓN DE NUESTRA SEÑORA AL TEMPLO
Dios te salve, María suavisima, a quien tus santísimos padres trajeron al templo, y en tu tierna edad presentaron al Señor y ofrecieron a su servicio, para que en dejando los pechos de tu madre le hicieses sacrificio de ti misma, y como fruta temprana, fresca y cogida del árbol con su flor fueses más gustosa y agradable a aquel Señor que es fruto de tu sagrado vientre.
En el templo material entraste, y le santificaste e ilustraste para que fuese más glorioso que el que edificó el Rey Salomón, porque tú eres el templo vivo de Dios, y como un Sancta Sanctorum adonde no es lícito entrar sino al sumo Sacerdote según la orden de Melquisedec, y como la verdadera arca del Testamento en que está la urna del maná con que sustenta el cielo y la tierra.
Aquí viviste y pasaste tu niñez, y fuiste modelo perfectísimo de santidad, y derramaste el olor suavísimo de todas las virtudes; y como alférez y Virgen de las vírgenes, te consagraste toda a Dios, y fuiste la primera que hizo voto de perpetua virginidad con alegre y determinada voluntad, abriendo camino con tu ejemplo a todas las vírgenes que después te han seguido y seguirán; y le guardaste tan perfectamente, que más parecías ángel sin cuerpo que doncella en carne mortal.
Y pues fuiste tan acabado dechado de pureza, que sola tu vista penetraba los corazones de los que te miraban con una lumbre celestial, y criaba en ellos amor de honestidad, mírame, Señora, con esos ojos amorosos y eficaces, para que de tal manera mi ánima y mi cuerpo florezcan con la castidad, que ninguna fealdad me ensucie, ningún vicio me posea, y a ningún deleite consienta.
¡Oh Reina mía, esperanza mía y alegría mía de mi corazón! que viviendo en el templo, con la soledad, silencio y quietud te disponías a la contemplación y unión con Dios, y eras tan regalada de él y tan visible de los ángeles, que más morabas en el cielo que en la tierra, y más vivía tu espíritu con el espíritu del Señor que tu cuerpo con tu espíritu; alcánzame por tus merecimientos amor del silencio y del reposo espiritual, para que estos sean mis deleites todo el tiempo que fuere detenido en la cárcel de este cuerpo, por Jesucristo tu benditísimo Hijo, que vive y reina en los siglos de los siglos. Amén.


ORACIÓN I
La niña María
– ¡qué gracia en su vuelo!-
paloma del cielo,
al templo subía
y a Dios ofrecía
el más puro don:
sagrario y mansión
por él consagrada
y a él reservada
en su corazón.
¡Oh blanca azucena!,
la Sabiduría
su trono te hacía,
dorada patena,
de la gracia llena,
llena de hermosura.
Tu luz, Virgen pura,
niña inmaculada,
rasgue en alborada
nuestra noche oscura.
Tu presentación,
princesa María,
de paz y alegría
llena el corazón.
De Dios posesión
y casa habitada,
eres la morada
de la Trinidad.
A su Majestad
la gloria le sea dada. Amén.

ORACIÓN II
Dulcísima Niña María, radiante Aurora del Astro Rey, Jesús, escogida por Dios desde la eternidad para ser la Reina de los cielos, el consuelo de la tierra, la alegría de los ángeles, el templo y sagrario de la adorable Trinidad, la Madre de un Dios humanado; me tienes a tus plantas, oh infantil Princesa, contemplando los encantos de tu santa infancia. En tu rostro bellísimo se refleja la sonrisa de la Divina Bondad, tus dulces labios se entreabren para decirme: “Confianza, paz y amor…”
¿Cómo no amarte, María, luz y consuelo de mi alma…, ya que te complaces en verte obsequiada y honrada en tu preciosa imagen de Reina parvulita? Yo me consagro a tu servicio con todo mi corazón. Te entrego, amable Reina, mi persona, mis intereses temporales y eternos. Bendíceme Niña Inmaculada, bendice también y protege a todos los seres queridos de mi familia. Se tu, Infantil Soberana, la alegría, la dulce Reina de mi hogar, a fin de que por tu intercesión y tus encantos reine e impere en mi corazón y en todos los que amo, el dulcísimo Corazón de Jesús Sacramentado. Amén.

ORACIÓN III
Te entrego, Virgen Niña, mi corazón para que lo presentes a Jesús.
Por el amor y complacencia con que te aceptó, cuando a la temprana edad de tres años te consagraste a El, suplícale acepte el mío e imprima en él las virtudes que le faltan, para que, a imitación del tuyo, le sea agradable.
Enséñame o despreciar las honras vanas del mundo; haz que siempre sea mi único anhelo crecer en el amor de Dios, cumpliendo siempre su divina Voluntad.
Te presento también los corazones de los que no te conocen y no pueden amarte. Oh Virgen Niña, atráelos con tus inspiraciones para que, amándote todos como hijos, vayamos a cantar las glorias y magnificencias de tu hijo Jesús, nuestro Señor en el Cielo. Amén.

ORACIÓN IV
Niña celestial, que con tantos prodigios de gracias te dignaste mostrar tus deseos de ver honrada tu tierna infancia -aquel período de tu existencia que fue tan grande ante Dios, por el privilegio de tu inmaculada concepción y natividad dichosa.
Tú, la más privilegiada entre las hijas de Eva, vuelve hacia mí, desde esa preciosa Cuna, tus ojos llenos de dulzura y bondad, y continuando tu oficio de Mediadora y Abogada, haz que vea cumplida mi súplica.
No salga yo defraudada en mis esperanzas de tu venerada Cuna, sino que consiga las gracias y los consuelos que te pido.
A mí y a todos, ¡oh María!, alcánzanos el verdadero espíritu de la devoción a Ti, ¡Virgen Niña!, y el don inapreciable de la perseverancia final. Así sea.

ORACIÓN V
¡Oh! Santísima Virgen Niña, que viniendo al mundo consolaste la tierra que en Ti saludó la aurora de la Redención por los prodigios de gracia que derramaste entre nosotros, escucha piadosa mis súplicas.
En las penas que me afligen y especialmente en la necesidad que en este momento me  oprime, toda mi esperanza está en Ti, ¡oh dulce Virgencita! Muéstrame pues que el tesoro de gracias que dispensas es inagotable, porque ilimitado es tu poder sobre el Corazón paternal de Dios.
Escucha ¡oh Virgen Niña! mi ardiente súplica y alabaré eternamente la bondad de tu corazón.
Rezar tres Avemarías y una Salve.

ORACIÓN VI
Santa Madre María, tú que desde temprana edad te consagraste al Altísimo, 
aceptando desde una libertad poseída el servirle plenamente como templo inmaculado, tú que confiando en tus santos padres, San Joaquín y Santa Anita, respondiste con una obediencia amorosa al llamado de Dios Padre, tú que ya desde ese momento en el que tus padres te presentaron en el Templo percibiste en tu interior el profundo designio de Dios Amor; enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores de tu Hijo, anunciándolo en cada momento de nuestra vida desde una generosa y firme respuesta al Plan de Dios.

Amen.


ORACIÓN VI

Santa Madre María, tú que desde temprana edad te consagraste al Altísimo, aceptando desde una libertad poseída el servirle plenamente como templo inmaculado, tú que confiando en tus santos padres, San Joaquín y Santa Anita, respondiste con una obediencia amorosa al llamado de Dios Padre, tú que ya desde ese momento en el que tus padres te presentaron en el Templo percibiste en tu interior el profundo designio de Dios Amor; enséñanos Madre Buena a ser valientes seguidores de tu Hijo, anunciándolo en cada momento de nuestra vida desde una generosa y firme respuesta al Plan de Dios.
Amen.

Fuente: forosdelavirgen.org

sábado, 11 de agosto de 2018

SANTA CLARA DE ASÍS - 11 de Agosto




SANTA CLARA DE ASÍS

Clara nació en Asís, Italia, en el año 1193. Su padre, Favarone Offeduccio, era un caballero rico y poderoso. Su madre, Ortolana, descendiente de familia noble y feudal, era una mujer muy cristiana, de ardiente piedad y de gran celo por el Señor. 
Santa Clara fue discípula de San Francisco de Asís y quiso seguir el camino de austeridad señalado por él a pesar de la oposición familiar. Ella despertó la vocación de su hermana Inés y con otras dieciséis jóvenes parientas se dispuso a fundar una comunidad. Fue un ejemplo de humildad y trabajo.
Desde sus primeros años Clara se vio dotada de innumerables virtudes aunque su ambiente familiar pedía otra cosa de ella.
Ya en ese entonces se oía de los Hermanos Menores, seguidores de San Francisco. Clara sentía gran compasión y gran amor por ellos. Se sentía unida de corazón a ellos y a su visión.
El Domingo de Ramos de 1212 Clara, después de escuchar los fervorosos sermones de San Francisco, buscó refugio en el grupo de los Frailes Menores. Olvidó a su novio y abandonó la vida de riquezas, honores y comodidades. En el Cielo brillaban las estrellas cuando, de rodillas ante San Francisco de Asís, hizo clara la promesa de renunciar a la riquezas y comodidades del mundo y de dedicarse a una vida de oración, pobreza y penitencia. El Santo, como primer paso le cortó el cabello y la consagró como novia de Cristo y la acompañó al convento de monjas más cercano. Desde entonces cada noche el cielo le recordó sus votos hechos en la pequeña Porciúncula, sin romper nunca su juramento, aunque sus parientes insistieron permanentemente que volviera a vestirse de seda. Clara se quedó más de 40 años, penó y oró en el pequeño convento de San Damián por el mundo, primero sola luego como madre espiritual de muchas compañeras que no se amedrentaban por la extrema pobreza y mortificaciones. Nunca antes el aislamiento del mundo se había realizado con tanto rigor como en la nueva orden femenina llamada las Clarisas Pobres. Ellas pedían limosna aunque trataban de ganarse el sustento con el trabajo de sus manos.
En 1241 los sarracenos atacaron la ciudad de Asís. Cuando se acercaban a atacar el convento que está en la falda de la loma, en el exterior de las murallas de Asís, las monjas se fueron a rezar muy asustadas y Santa Clara que era extraordinariamente devota al Santísimo Sacramento, tomó en sus manos la custodia con la hostia consagrada y se les enfrentó a los atacantes. Ellos experimentaron en ese momento tan terrible oleada de terror que huyeron despavoridos.
Santa Clara estuvo enferma 27 años en el convento de San Damian, soportando todos los sufrimientos de su enfermedad con paciencia heroica. En su lecho bordaba, hacía costuras y oraba sin cesar. El Sumo Pontífice la visitó dos veces y exclamó "Ojalá yo tuviera tan poquita necesidad de ser perdonado como la que tiene esta santa monjita".
En sus largas noches de sufrimientos solía rezar “el cántico del sol” entonado por San Francisco, enfermo medio ciego y atormentado por múltiples congojas. A ejemplo de su padre espiritual, ella se refugió en las heridas del Salvador y su alma permaneció tranquila hasta la hora de su muerte.
El 10 de agosto del año 1253, a los 60 años de edad y 41 años de ser religiosa, y dos días después de que su regla sea aprobada por el Papa, se fue al cielo a recibir su premio. En sus manos, estaba la regla bendita, por la que ella dio su vida.
Los santos nos revelan nuestros caminos torcidos y nos enseñan como rectificarlos. En la Basílica de Santa Clara encontramos su cuerpo incorrupto.



Gloriosísima virgen

y dignísima madre santa Clara de Asís,
espejo clarísimo de santidad y pureza,
base firme de la más viva fe,
llamarada de perfecta claridad
y erario riquísimo de todas las virtudes.

Por todos estos favores con que
el Divino Esposo os colmó,
y por la especial prerrogativa
de haber hecho a vuestra alma
trono de su infinita grandeza,
alcánzanos de tu inmensa piedad,
que limpie nuestras almas
de las manchas y de las culpas,
y, destituidas de todo efecto terreno,
sean templo digno de su morada.

También te suplicamos por la paz
y tranquilidad de la Iglesia,
para que se conserve siempre en la unidad de fe,
de la santidad y de las costumbres,
que la hacen incontrastable
a los esfuerzos de sus enemigos.

Y si fuese para mayor gloria de Dios
y bien espiritual mío
concededme, os ruego 
cuanto pido en esta oración,
y el favor especial que tanto necesito:

(hacer la petición).

Apiadaros de mi y conseguidme
rápida y favorable solución
a esta urgente y apremiante solicitud,
que agobia y entristece mi corazón. 

Vos, como Madre y protectora,
no me abandonéis en este difícil trance,
presentad mis deseos ante el Trono de Dios,
pues yo confío en la bondad infinita,
que por vuestros méritos alcanzaré,
para mayor honra y gloria
de Nuestro Señor,
que vive y reina por los siglos de los siglos,

Amén.

Rezar, con gran confianza y fe en la intercesión
de santa Clara de Asís,
tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.



Fuente: inmaculadamadre-salta.org / aciprensa.com 

jueves, 24 de mayo de 2018

MARIA AUXILIADORA - 24 de Mayo


MARIA AUXILIADORA


Advocación Mariana.
Su día: 24 de Mayo
Patrona: De todos los cristianos, en la antigüedad se estilaba llamar a la virgen auxiliadora porque es  "La que trae auxilios venidos del cielo". Es auxiliadora de los enfermos y de las personas que sufren.



Aquí algunos datos que quizás no conocías sobre María Auxiliadora:

1. María era llamada “Auxiliadora” por los primeros cristianos
Los primeros cristianos en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de “Auxiliadora”, que en griego es “Boetéia” y significa “La que trae auxilios venidos del cielo”.
El primer Padre de la Iglesia que llamó a la Virgen María con el título de “Auxiliadora” fue San Juan Crisóstomo en al año 345, en Constantinopla. El Santo dijo: “Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios”. También la reconocieron con este nombre Proclo en el 476 y Sebas de Cesarea en el 532.
2. María Auxiliadora intercedió en las batallas de Lepanto y Viena
En el año 1572, el Papa San Pío V, después de la victoria del ejército cristiano sobre los turcos musulmanes en la batalla de Lepanto, ordenó celebrar el 7 de octubre la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se invocara a “María Auxilio de los cristianos”. Ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente a toda la cristiandad que se libró de ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.
En 1683 los turcos atacaron Viena durante el Pontificado de Inocencio XI. Bajo el mando del rey de Polonia, Juan Sobieski, con un ejército inferior de fuerzas venció al ejército turco confiando en la ayuda de María Auxiliadora. Al poco tiempo fundaron la asociación de María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de 60 países.
3. La fiesta nació en tiempos de la Revolución Francesa
La historia del establecimiento de la fiesta de María Auxiliadora se remonta a los años que siguieron a la Revolución Francesa, la cual había propinado un duro golpe a la Iglesia.
El Papa Pío VII fue apresado en el Palacio de Fontainebleau por el emperador francés Napoleón Bonaparte y dedicó sus oraciones a María Santísima “Auxilio de los Cristianos” para que protegiese a la Iglesia.
Los ruegos del Papa fueron escuchados y en 1814 Napoleón firmó su abdicación. En 1815, cuando la Iglesia había recuperado su posición y poder espiritual, el Papa instituyó la fiesta de María Auxiliadora en el día 24 de mayo para perpetuar el recuerdo de su regreso a Roma tras su cautiverio en Francia.
4. La fiesta de María Auxiliadora se celebraba en Ucrania desde el siglo XI
El nombre de “Auxiliadora” le fue dado a la Virgen María en Ucrania desde el año 1030 por haber liberado a aquella región de la invasión de tribus paganas. Desde entonces en ese país la Iglesia Ortodoxa celebra la fiesta de María Auxiliadora cada 1 de octubre.
5. María Auxiliadora se apareció ante San Juan Bosco
San Juan Bosco fue un gran propagador del amor a esta advocación mariana porque la misma Virgen María se le apareció en 1860 para señalarle el lugar en Turín (Italia) donde debía ser construido un templo en su honor. Asimismo, pidió ser honrada bajo el título de “Auxiliadora”.
En 1863 San Juan Bosco inició la construcción de la iglesia con unos cuantos centavos, pero con la intercesión de María Santísima, el 9 de junio de 1868, solo 5 años después, tuvo lugar la consagración del templo.
El Santo solía decir: “Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen”, desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.
6. Tres Papas fueron devotos de María Auxiliadora
El Papa San Juan XXIII cultivó una especial devoción a la Auxiliadora, cuya imagen tomada de un número del Boletín Salesiano, colgaba en la pared cerca de su cama. La proclamó Patrona del Concilio con los títulos de Auxilium Christianorum, Auxilium Episcoporum, y el 28 de mayo de 1963, ya gravemente enfermo, bendijo con profunda emoción las dos coronas destinadas al cuadro de la Auxiliadora en la Basílica del Sagrado Corazón de Roma.
Por su parte, San Juan Pablo II solía acudir a la iglesia de San Estanislao de Kostka de los Salesianos, en Cracovia, entre los años 1938 y 1944, y a menudo oraba en la capilla de María Auxiliadora. En esta iglesia, el 3 de noviembre de 1946, celebró una de sus primeras misas como sacerdote.
El Papa Francisco, durante su visita apostólica a Turín en 2015 por los 200 años del nacimiento del fundador de los salesianos, San Juan Bosco, contó que durante su infancia fue educado en un colegio salesiano y aprendió a amar a María Auxiliadora:
“Yo allí (en un colegio salesiano) aprendí a amar a la Virgen, los salesianos me formaron en la belleza, en el trabajo, y esto creo que es un carisma suyo, me formaron en la afectividad y esto era una característica de Don Bosco”, aseguró.


ORACIÓN DE SÚPLICA
Santísima Virgen, Madre de Dios, yo aunque indigno pecador postrado a vuestros pies en presencia de Dios omnipotente os ofrezco este mi corazón con todos sus afectos. A vos lo consagro y quiero que sea siempre vuestro y de vuestro hijo Jesús.

Aceptad esta humilde oferta vos que siempre habéis sido la auxiliadora del pueblo cristiano.

Oh María, refugio de los atribulados, consuelo de los afligidos, ten compasión de la pena que tanto me aflige, del apuro extremo en que me encuentro.

Reina de los cielos, en vuestras manos pongo mi causa. Se bien que en los casos desesperados se muestra más potente vuestra misericordia y nada puede resistir a vuestro poder. Alcanzadme Madre mía la gracia que os pido si es del agrado de mi Dios y Señor. Amén.

__________

 

NOVENA DE MARÍA AUXILIADORA(Propagada por San Juan Bosco)


 

1. Rezad durante nueve días seguidos tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias con la jaculatoria "Sea alabado en todo momento el Santísimo Sacramento", y tres salves con la jaculatoria "María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros".

El cristiano ora al Señor y también a la que es su Auxiliadora
2. Recibid los Sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.

El cristiano vive unido a Cristo, a la Auxiliadora de los cristianos y a la Iglesia por los Sacramentos.
3. Os recomiendo que prometáis vuestro donativo o vuestro trabajo personal para sostener obras de apostolado, preferentemente salesianas.

El cristiano, siente que la Auxiliadora le anima a ser apóstol y a sostener las obras de apostolado de la Iglesia de Cristo.

__________

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN
¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra y poderoso Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos enteramente a tu dulce amor y a tu santo servicio.

Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas, y prometemos obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.

Tú, pues, ¡oh Virgen incomparable! que fuiste siempre Auxilio del Pueblo Cristiano, continúa, por piedad, siéndolo especialmente en estos días. Humilla a los enemigos de nuestra religión y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa, maestro infalible; preserva de la irreligión y del vicio a la incauta juventud; promueve las vocaciones y aumenta el número de los ministros, a fin de que, por medio de ellos, el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda hasta los últimos confines de la tierra.

Te suplicamos ¡oh dulcísima Madre! que no apartes nunca tu piadosa mirada de la incauta juventud expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos y de las almas del Purgatorio: sé para todos ¡oh María! dulce Esperanza, Madre de Misericordia y Puerta del Cielo.

Te suplicamos, gran Madre de Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes, particularmente la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad, a fin de que, por cuanto es posible, con tu presencia, con nuestras palabras y con nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo, a tu Hijo, Jesús, logremos que te conozcan y amen y podamos, llegar a salvar muchas almas.

Haz, ¡oh María Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza; y en fin, el pensamiento de que eres tan buena, tan amable y tan amada, el recuerdo del amor que tienes a tus devotos, nos aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra el enemigo de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos formarte una corona en el Paraíso. Así sea
__________
OFRECIMIENTO
Enséñame, oh María Auxiliadora, a ser dulce y bueno en todos los acontecimientos de mi vida; en los desengaños, en el descuido de otros, en la falta de sinceridad de aquellos en quienes creí, en la deslealtad de aquellos en quienes confié.

Ayúdame a olvidarme de mí mismo para pensar en la felicidad de otros; a ocultar mis pequeños sufrimientos de tal modo que sea yo el único que los padezca.

Enséñame a sacar provecho de ellos, a usarlos de tal modo que me suavicen, no me endurezcan ni me amarguen; que me hagan paciente y no irritable; que me hagan amplio en mi clemencia y no estrecho y despótico. Que nadie sea menos bueno, menos sincero, menos amable, menos noble, menos santo por haber sido mi compañero de viaje en el camino hacia la vida eterna. Amén.

__________

NOVENA DE CONFIANZA
Madre amable de mi vida auxilio de los cristianos, la pena que me atormenta, pongo en tus divinas manos. Dios te salve María...

Tú que sabes mis congojas, pues todas te las confío, da la paz a los turbados y alivia el corazón mío. Dios te salve María...
Y aunque tu amor no merezco, no recurriré a Ti en vano, pues eres madre de Dios y auxilio de los cristianos. Dios te salve María...

Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección haya sido abandonado; animado con esta confianza, me presento a ti. ¡Oh Madre de Dios!, no desoigas mis súplicas; escuchalas y acógelas benignamente, ¡oh clemente, oh dulce Virgen María! (Pedir la gracia que se desea y rezar una Salve).

Fuente: Devocionario.com / Churchpop.com

martes, 8 de mayo de 2018

NUESTRA SEÑORA DE LUJAN - 8 de Mayo


NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN

Advocación Mariana

Su día: 8 de Mayo

Patrona: de Argentina

Un hacendado portugués, Antonio Farías de Sá, vecino de la ciudad de Córdoba del Tucumán, encargó a un paisano suyo, residente en Pernambuco (Brasil), una imagen de la Virgen María en la advocación del misterio de la Purísima Concepción para ser expuesta a la veneración en la capilla que estaba construyendo en su estancia del pago de Sumampa (Santiago del Estero). Desde Brasil se le envió la imagen pedida y otra más de la Maternidad de la Virgen, acondicionadas separadamente en dos cajones, que desde el puerto de Pernambuco fueron transportadas a Buenos Aires en el navío del capitán Andrea Juan, el cual arribó a destino por el mes de marzo de 1630.
En el camino real a Córdoba, allá por principios del mes de mayo, cuando la tropa de carretas se encontraba a orillas del Río Luján, en un paraje denominado del “Árbol sólo”, la imagen que representaba la Inmaculada Concepción determinó quedarse milagrosamente en aquel lugar para amparo y veneración de los pobladores de la zona. Convirtiéndose con el paso de los años en Patrona del antiguo Virreinato del Río de la Plata; y luego de las repúblicas hermanas de Argentina, Uruguay y Paraguay.

   Los bueyes de la carreta que transportaba las imágenes en un momento no pudieron siquiera moverse. Descargado una de los cajones continuaba sucediendo lo mismo. Pero al hacerlo con el que contenía la Inmaculada Concepción, la carreta rodó sin dificultad alguna. Lo mismo sucedió cuando colocaron arriba el otro cajón con la Maternidad, por lo que continuaron el viaje con ella sola hasta su destino final, los pagos de Sumampa. Este es precisamente el origen del Santuario de Ntra. Sra. de la Consolación de Sumampa, en la provincia de Santiago del Estero, compañera de viaje de la Inmaculada Concepción de Luján.

    El primer sentimiento que embargó el corazón de los troperos y demás personas presentes fue el asombro; y después de las consabidas demostraciones de devoción y respeto, entendiendo que aquella imagen de la Purísima Concepción deseaba quedarse en ese preciso lugar, resolvieron trasladar a la casa de la estancia de la familia Rosendo. Se trataba de la población más próxima a la vera del camino real, llamada también entonces, por su ocupante actual, de Bernabé González Filiano. Allí la depositaron, en el mejor lugar de la vivienda, y le improvisaron un precario altar, donde comenzó a ser venerada la Santa Imagen.


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN

“Virgen de Luján, Madre de los pobres y de los humildes, de los que sufren y esperan”.


Madre buena que serenas nuestros corazones y nos hablas de tu Hijo en el corazón. Hoy nos ponemos en tu presencia, recordando las palabras de Jesús que dicen: “He aquí tu Madre”; y así te sentimos, María como nuestra Madre y nuestra Señora. Sólo te pedimos que nos mires y nos escuches.

Tenemos muchas cosas que decirte, muchas penas que contarte, muchas gracias que pedirte. Por nosotros, por nuestras familias, por nuestros países, por nuestra Iglesia.

Somos jóvenes y adultos, hombres y mujeres que desean vivir en este mundo con el corazón puesto en Dios, como Tu Hijo nos pide. Aprovechando el tiempo que nos ha sido dado, queremos vivir con fidelidad serena, fuerte y humilde. Tenemos dentro nuestro la señal de  fuego del Espíritu Santo y somos enviados para anunciar a todos la Buena Noticia del Reino: el amor del Padre.

Advertimos los desafíos que este mundo nos presenta. Y ponemos en tu corazón nuestras angustias, nuestra esperanza, nuestros dolores y nuestras alegrías.

Danos un gran espíritu contemplativo para comprender la pobreza de los hombres y el dolor de los pueblos, una gran disponibilidad a acoger la Palabra de Dios y a llevarla a la práctica, una serena fortaleza para abrazar la Cruz y una capacidad llena de alegría en el empeño al servicio de nuestros hermanos.

Queremos amar intensamente a la Iglesia y vivir en comunión profunda con nuestros Pastores. Que seamos orantes y misioneros. Que sepamos acoger la Palabra de Dios y contemplarla, llevarla a la práctica y comunicarla con el fuego del Espíritu.

Danos la fuerza para que no tengamos miedo de la Cruz ni del martirio. Qué sólo vivamos con la alegría de la santidad. Y danos la gracia de tener un corazón puro para hacer a un lado nuestros propios deseos y solo decir como lo hiciste tú: Hágase en mi según tu palabra!


Amen!
Tomado de: Juan Guillermo Durán, ‘De la frontera a la Villa de Luján. Los comienzos de la gran Basílica. Jorge María Salvaire, CM (1890-1899)’.

Oraciones: Santavirgenmaria.com 






vena de la Virgen